Molinos de Viento del Mediterráneo































Los molinos de viento fueron mejorados por los árabes, quienes los propagaron por el Mediterráneo durante los siglos XII y XIII. Tuvieron una importante propagación por la península Ibérica, dónde a diferencia de otros países europeos, no abundan los ríos caudalosos que mueven los molinos hidráulicos. Estaban destinados a la molienda de la harina y sal, la producción de aceite y la extracción de agua. Algo que los caracteriza es que confieren un paisaje único y son huellas de los antiguos usos de épocas pasadas. Son muy reconocidos los molinos de viento de la Mancha, debido a que Cervantes los inmortalizó con su famosa aparición en El Quijote. En la Mancha destacan los molinos de viento de Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Consuegra, Madridejos, Mota del Cuervo o Valdepeñas. Pero también son destacables los molinos del Campo de Cartagena (Murcia) y de la provincia de Alicante (Calpe, Jávea). La mayoría de ellos no están dedicados a la función para la que fueron construidos, si no que son usados como museos u otras finalidades cívicas.
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