Vía de la Plata



La Vía comprende dos partes, el primero forma parte de la vía romana que llegaba a Mérida desde Astorga, y el otro constituido por el trayecto que, desde dicho punto, conducía a la desembocadura del Guadiana en Ayamonte. La calzada conserva su estructura romana en numerosos lugares al norte de Mérida. Su anchura es de unos seis metros y la composición de los materiales que lo forman así como la morfología de su estructura varían según la geología y la orografía del terreno que atraviesa. Así es como en ciertas zonas aparece formando un camino de tierra batida y en otras con varias capas derocosas que dan consistencia a la superficie de piedra rodada. Hay una indicación regular en mojones de las millas respecto del punto de origen (algunos se conservan en sus lugares de origen; otros están amontonados en los márgenes de la vía; también hay una gran parte que se encuentra en la estructura o decoración de edificios públicos, como museos regionales o han sido utilizadas para la construcción de muros de separación de granjas). A lo largo de la vía hay también regulares yacimientos arqueológicos que muestran lo que fueron los antiguos albergues y postas, que se transformarán en ciudades, como la colonia de Mérida o el municipio de Caparra. Otros detalles relacionados con la vía son las obras de ingeniería civil, especialmente los puentes, algunos de los cuales todavía son aún utilizados como los de Albarregas (Mérida), de Valdesalor (Cáceres) o el de Aldeanueva del Camino, otros en estado de ruina parcial y que aún pueden admirar, como el grandioso puente de Alconetar (Garrovillas) o el de Aljucén (Mérida).
UNESCO





